A mediados del 2020, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró, bajo resolución 74/299: Mejoramiento de la seguridad vial en el mundo, un Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, con el propósito de reducir en un 50%, las muertes y lesiones causadas por los accidentes de tránsito al terminar ese periodo.
Datos de la OMS apuntan a los accidentes de tránsito como la principal causa de muerte de niños y jóvenes en el mundo. El saldo diario de esos siniestros es de 3500 fallecimientos, es decir 1,3 millones al año. Además, la suma anual de personas lesionadas asciende a 50 millones. De no tomar medidas inmediatas para detener esta pérdida de vidas, las proyecciones advierten que para el 2030 se habrían registrado 13 millones más de muertes y 500 millones de heridos, totalmente evitables. La clave antes esta situación: la prevención.
Frente a ello, la OMS y las comisiones regionales de las Naciones Unidas, en cooperación con otros socios en la Colaboración de Seguridad Vial de las Naciones Unidas, presentó a finales del 2021 el “Plan Global para la Década de Acción”, que establece las medidas prácticas y efectivas que todos los países y comunidades pueden implementar para salvaguardar las vidas de sus ciudadanos.
Dicho documento servirá como hoja de ruta que guiará a los gobiernos en la implementación de acciones y prácticas de cara a la seguridad vial y prevención de accidentes de tránsito. El Plan Global lista tres acciones fundamentales para evitar los accidentes viales:
- Garantizar la seguridad al caminar, andar en bicicleta y utilizar el transporte público.
- Garantizar carreteras, vehículos y comportamientos seguros.
- Garantizar atención de emergencia oportuna y eficaz.
Para la implementación de estas medidas, según el documento, se requieren límites estrictos de velocidad y tecnología para monitorear que se respeten y para que los vehículos sean más seguros, lo que implica encuadrar el Plan en un marco legal y otorgarle financiamiento suficiente y desarrollar las capacidades de las autoridades pertinentes.
Con respecto a quiénes deben encargarse de la implementación y monitoreo del Plan, no sólo se menciona a los responsables políticos de alto nivel, sino también a otras partes que pueden influir en la seguridad vial: la sociedad civil, el sector académico, las instituciones financieras y los líderes comunitarios y juveniles.
Desde CCIMA Señalizaciones, somos conscientes de la necesidad de una cultura educativa de seguridad vial en nuestro país. Como hemos visto, la clave está en la prevención: conductores, peatones y demás usuarios que respondan a acciones preventivas contra los accidentes de tránsito.
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